Hoy hablamos sobre los sensores y su comportamiento, con la idea de llegar a algunas conclusiones interesantes que nos permitan sacar más partido a nuestra cámara.
¡Ah! y espero que no os aburráis mucho con la teoría y los detalles técnicos… Bueno, no vamos a profundizar demasiado. Ya me diréis. 😉
Empezamos viendo qué significa eso de la “linealidad”.
El sensor capta la luz de forma “lineal”
La percepción humana de la cantidad de luz no es “lineal”. Quiere esto decir que el doble de luz no se ve como el doble de intenso, sino como un “punto” más. Ya comentamos esto cuando hablábamos de la exposición (tema 3, control de la exposición I). Duplicar la exposición (doble energía luminosa) simplemente es subir un punto (+1 EV). Subir 5 puntos (+5 EV) equivale a duplicar 5 veces la luz (2x2x2x2x2=32 veces más energía luminosa).
Sin embargo los sensores sí son lineales: transforman la cantidad de luz (en cada pixel y para cada uno de los colores) en un valor proporcional que se traduce en un número al convertir a digital. Si hay doble/triple/etc. de luz, el número será doble/triple/etc. Así de sencillo.
Lo vemos en un esquema: